Por Grupo LAR
¿Estás buscando departamentos en venta? Entonces, es probable que ya hayas investigado sobre los costos asociados con esta adquisición, como los gastos de inscripción y los gravámenes. Entre estos últimos, destaca la alcabala. ¿Habías escuchado hablar de ella?
Si no estás familiarizado con este concepto, ¡sigue leyendo! Aquí te enseñamos todo al respecto, desde qué es la alcabala hasta cómo afecta a la compra de un inmueble.
La alcabala es un impuesto que se aplica a la transferencia de inmuebles en Perú. Se paga cada vez que se realiza la compra o venta de estos bienes, salvo ciertas excepciones previstas en la ley. Su objetivo principal es gravar la adquisición de predios urbanos y rústicos.
¿Y quién paga el impuesto de alcabala? El vendedor no tiene la obligación de hacerlo; este corresponde al comprador de la propiedad. No obstante, es importante que ambas partes estén al tanto del requerimiento para evitar confusiones en el cierre de la transacción.
Cuando el comprador adquiera el bien, tendrá que dirigirse a la oficina del SAT (Servicio de Administración Tributaria) más cercana o correspondiente al distrito donde se encuentra el inmueble. Aquí, los notarios y registradores públicos solicitarán la liquidación y el pago del impuesto o, en su defecto, la constancia de «No Obligación al Pago» como requisito para formalizar la transferencia.
Además de las oficinas físicas, el SAT ofrece alternativas para facilitar el trámite. Los compradores pueden acudir a las notarías afiliadas al sistema o utilizar la Agencia Virtual del SAT, que está disponible las 24 horas del día, lo que permite realizar el procedimiento desde cualquier lugar y a cualquier hora.
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Antes de comprender cómo impacta este gravamen en la adquisición de un inmueble, es necesario conocer el monto a pagar. El cálculo del impuesto de alcabala se determina a partir de la base imponible, que corresponde al valor de transferencia del departamento o vivienda.
Este valor no puede ser inferior al autovalúo vigente en el ejercicio fiscal en que se realiza la transferencia, según el Índice de Precios al por Mayor (IPM) para Lima Metropolitana. Una vez establecida la base imponible, se le aplica una tasa del 3%.
Sin embargo, existe un tramo exonerado del impuesto: las primeras 10 Unidades Impositivas Tributarias (UIT) del valor de la propiedad. Esto significa que únicamente se grava el monto que excede dicho límite. Por ejemplo, si el inmueble tiene un valor de S/ 300,000 y la UIT actual es de S/ 5,150, los primeros S/ 51,500 estarán exentos, y el 3% se calculará sobre los S/ 248,500 restantes, resultando en un pago de S/ 7,455.
Este esquema asegura que solo una fracción del precio del bien esté sujeta al tributo, permitiendo un cálculo equitativo y proporcional.
El impuesto de alcabala puede tener una influencia significativa en el presupuesto total al momento de adquirir una propiedad. Si bien no suele ser un monto grande, es crucial tenerlo en cuenta para evitar problemas financieros o retrasos en los trámites de transferencia.
Como comprador, tienes la responsabilidad de considerar estos aspectos:
El tributo de alcabala se suma a otros costos relacionados con la compra de un inmueble, como:
– Los gastos notariales y de escritura pública.
– El impuesto predial proporcional.
– Los costos de inscripción en Registros Públicos.
En este sentido, si estás considerando adquirir un departamento, deberás calcular no solo el precio de venta, sino también el 3% de alcabala, más los otros gastos mencionados. Esto podría elevar el costo final, así que recuérdalo al elaborar tu presupuesto.
A diferencia de otros gastos que pueden financiarse o pagarse en cuotas, la alcabala debe abonarse en una sola transacción antes de completar la inscripción de la propiedad. De hecho, la fecha límite para efectuar el pago es el último día hábil del mes siguiente a la transferencia. En caso de no cumplir con este plazo, se aplicarán los intereses moratorios correspondientes.
Esto implica que, como comprador, deberás contar con la liquidez necesaria para cubrir este impuesto al mismo tiempo que pagas la cuota inicial o el precio total del bien.
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Como mencionamos anteriormente, si no tomas en cuenta la alcabala al planificar tu presupuesto, puedes encontrarte con un gasto inesperado que retrase la compra del inmueble. Por ello, te recomendamos incluirla en tu plan financiero desde el inicio y consultar con un abogado o asesor inmobiliario para obtener un cálculo preciso.
Aunque la alcabala es un impuesto obligatorio para el comprador, en algunos casos este costo se puede negociar. El vendedor podría ofrecer un descuento en el precio de venta para compensar el monto que el comprador pagará por el gravamen. No obstante, esto dependerá netamente de la relación entre las partes y del contexto inmobiliario.
El pago de la alcabala implica un paso adicional en el proceso de compra, lo que puede extender el tiempo requerido para cerrar la transacción. Para prevenir retrasos y garantizar una operación segura, coordina el trámite con anticipación y sumo cuidado.
Ahora que sabes qué es el impuesto de alcabala, cuánto se paga por él y cómo influye en la compraventa de inmuebles, es fundamental que lo tengas en cuenta al momento de adquirir tu próxima vivienda. Asegúrate de integrar este gasto en tu planificación para evitar sorpresas y posibles inconvenientes legales. ¡Esperamos que esta información te haya sido útil!
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