Por Grupo LAR
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ToggleDespués de comprar un departamento, seguro piensas en cómo puede reflejar tu personalidad y hacerte sentir en calma. La decoración estilo mediterráneo destaca por su sencillez, luminosidad y conexión con la naturaleza, creando espacios donde la tranquilidad y la frescura te acompañan desde el primer momento.
En este artículo, descubrirás cómo aplicar esta tendencia en tu hogar para lograr una atmósfera armoniosa. ¡Sigue leyendo!
El corazón del estilo mediterráneo en interiores está en los materiales que envuelven la habitación. Las paredes encaladas, los suelos de barro cocido, la piedra natural y la madera clara logran una base acogedora que transmite serenidad. Estos acabados regulan la humedad y reflejan la iluminación con suavidad.
Para los pisos, puedes usar terracota, canto rodado o caliza con juntas finas. En los muros, la mezcla de cal hidráulica y estuco fino aporta una textura sedosa que difumina la luz. Y si buscas mayor resistencia, los zócalos minerales lavables son la mejor opción.
Además, en la cocina o el baño, los azulejos tipo zellige añaden brillo artesanal y un toque de movimiento visual. De esta manera, conseguirás ambientes que inspiren armonía.
Los colores del estilo mediterráneo te recuerdan a la brisa marina y los paisajes costeros. El blanco es la base, mientras que las gamas de azul, beige y terracota dan una sensación de amplitud, favoreciendo la luz natural.
Puedes pintar las paredes en tonalidades neutras y reservar las más intensas para pequeños detalles. Los matices turquesa y arena combinan con maderas claras o cerámicas esmaltadas, generando equilibrio y calidez.
Eso sí, procura mantener una proporción dominada por los tonos claros, dejando que los acentos más vivos aparezcan en cojines, jarrones o cuadros decorativos para que cada espacio se perciba conectado, ligero y coherente, sin caer en la monotonía.
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La decoración mediterránea moderna une lo artesanal con lo contemporáneo. Los arcos, las bóvedas y las texturas rústicas pueden convivir con líneas simples y limpias, formando un ritmo visual y conservando su esencia sin parecer una recreación antigua.
También juega con las proporciones. Una pared encalada junto a una estructura metálica delgada o una estantería flotante sobre un muro de piedra pueden darle profundidad al ambiente. La clave está en integrar cada elemento con naturalidad, sin forzarlos.
Agrega piezas que sirvan de puente entre ambos estilos, como cuadros abstractos en tonos suaves, lámparas de vidrio opalino o cerámicas hechas a mano con un diseño actual. De este modo, conseguirás un lugar auténtico, fresco y conforme con tu estilo de vida.
Entre los muebles de estilo mediterráneo, predominan las maderas claras, los acabados envejecidos y los tejidos naturales. Más que destacar por sí solos, se integran de forma armónica en la habitación, reforzando la sensación de calma.
Un sofá blanco de lino, una mesa robusta de madera o una cómoda decapada dan carácter sin romper la sencillez. Puedes combinarlos con cojines o alfombras de algodón en tonos neutros para mantener una imagen uniforme y relajada.
Sin embargo, evita mobiliario voluminoso o brillante y escoge por diseños ligeros, redondos y texturas suaves. Selecciona solo lo necesario, ya que este tipo de decoración valora la amplitud y la funcionalidad, por lo que conviene priorizar piezas versátiles y bien construidas
La ambientación mediterránea se caracteriza por las artesanías y acabados orgánicos. Puedes incorporar cerámicas pintadas a mano, jarrones de barro, fuentes bajas o cestas tejidas para dar textura y un aire auténtico al espacio. Agrúpalos por tonos o materiales similares para perseverar una composición equilibrada y ligera.
Asimismo, elige plantas que evoquen al paisaje costero, como lavanda, romero, suculentas u olivos pequeños. Aparte de proporcionar frescura y color, llenarán tu hogar de un aroma agradable. Cuando tu vivienda es pequeña, bastan dos o tres macetas bien ubicadas para conservar la armonía.
Los textiles naturales completan la decoración. Utiliza cortinas de lino, cojines de algodón y mantas livianas que aporten suavidad sin restar luminosidad. Si deseas incluir estampados, opta por rayas finas o tramas entrelazadas que añadan un movimiento sutil.
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La luminosidad es el alma del estilo mediterráneo. Deja que se extienda por cada rincón abriendo las ventanas y evitando que los muebles que interrumpan su paso. Puedes usar cortinas de lino o estores translúcidos para suavizar el sol y crear una atmósfera cálida y envolvente que te haga sentir en calma.
Aprovecha los espejos colocándolos frente a la luz natural para multiplicar su reflejo y ampliar la sensación de espacio. Los acabados satinados y las superficies pulidas con delicadeza ayudan a distribuir la claridad con uniformidad, manteniendo una iluminación agradable todo el día.
Cuando cae la tarde, combina distintas fuentes artificiales, como lámparas de pie con pantallas de lino, tiras led empotradas y apliques cálidos para tener un ambiente acogedor. Si cuentas con reguladores de intensidad, ajústalos según el momento y disfruta de esa tranquilidad incluso durante la noche.
Ahora ya sabes cómo lograr el estilo mediterráneo en tu departamento y convertirlo en un refugio lleno de paz y luminosidad. Esta decoración apuesta por materiales naturales, colores suaves y lugares abiertos que transmiten serenidad y te invitan a vivir cada día en equilibrio con tu entorno.
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